El colombiano Alfonso Gutiérrez Báez quiso ir a votar hoy en las elecciones legislativas de su país como tantos otros compatriotas suyos, pero no pudo hacerlo. Al llegar a la mesa que supuestamente le correspondía, ubicada en Bogotá, no figuraba su nombre y al indagar sobre el tema y tras mucho insistir el hombre se enteró de que oficialmente "está muerto". "Resulta que yo, Gutiérrez Báez Alfonso, estoy muerto", denunció el afectado a Caracol Radio."Me dicen incluso que me hicieron necropsia. Soy una persona viva y pago impuestos, entonces yo no sé si las benditas almas son las que pagan mis impuestos, los recibos de la luz, el agua, el teléfono, el gas", se quejó Gutierrez Baez.
Este ciudadano bogotano reclamó a la emisora que difundiera que él estaba vivo y que no estaba hablando desde "el más allá". Para concluir su denuncia sobre las irregularidades de los padrones, el hombre señaló: "Sobre todo que le digan a mi mujer que ella no es viuda y a mis hijos que su papá está aquí". Más allá de la probable gracia con que algunos pudieran tomarse el episodio, las elecciones que en Colombia se llevan a cabo en medio de un fuerte operativo de seguridad debido a las amenazas de boicot de parte de las FARC, estarán bajo la lupa de más de un centenar de observadores internacionales y que pertenecen en su mayoría a la Organización de Estados Americanos (OEA) y a la Misión de Observación Electoral Internacional (MOE). La OEA cuenta con 75 observadores de 16 países, mientras que la MOE distribuirá otros 35 procedentes de Francia, Suecia, Holanda, Reino Unido, Estados Unidos, Polonia, Alemania, Paraguay, Perú, España y Chile. Casi 30 millones de colombianos están hoy convocados a las urnas para elegir, entre más de 2.500 candidatos, a los 102 senadores y 166 representantes a la Cámara Baja que forman el Congreso Nacional, así como a sus cinco representantes en el Parlamento Andino
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