jueves, 17 de junio de 2010

En Esmeraldas 349 asesinatos en dos años



El joven E.V. fue abaleado en el centro de esmeraldas el 10 de julio del 2009. Un extranjero, de 28 años, confesó que lo contrataron para asesinar al esmeraldeño. Pero el atentado no resultó como se esperaba y E.V sobrevivió; la bala impactó su brazo derecho. El presunto sicario y único detenido en este caso dijo que él trabajaba con una banda y que por este ‘encargo’ iba a recibir USD 10 000. Según la Policía local, entre el 2009 y el 2010 se registraron 349 asesinatos (ver cuadro). Los agentes dicen que es difícil determinar si las muertes son cometidas por sicarios o no.
El jefe de la Policía Judicial de Esmeraldas, Juan Mina, dice que para ello es necesario tener la versión confesa del autor o los autores. “Y eso no ocurre con frecuencia. En ocasiones nunca se llega a saber nada porque no hay denuncias o los familiares de la víctima abandonan el juicio por temor”. No obstante, otras familias sí han presentado acusaciones particulares. El 5 de agosto del 2008, María Neira fue hallada muerta.
El cuerpo de la mujer de 46 años fue localizado en la finca de P. R., en la parroquia San Mateo, un sector alejado de la ciudad. La Policía dijo que el cuerpo estaba irreconocible a simple vista. Estaba destrozado e incinerado, con evidentes signos de tortura. En la mano derecha, única parte de su cuerpo que no se quemó, estaba un anillo y un reloj, objetos que ayudaron a la Policía a identificarla. Cinco días antes, ella fue reportada como desaparecida. La ciudad se conmovió por este suceso. Neira, de tez blanca, alta de estatura, era conocida por sus actividades comerciales y con frecuencia viajaba al exterior. Un año se detuvieron las investigaciones en la Fiscalía. “Tuvimos que poner una queja contra el Fiscal que llevaba el caso porque no hacía nada al respecto”, comenta un familiar de la fallecida.
La investigación en el caso E.V. también se paró en la Fiscalía. No obstante, para mañana está prevista la audiencia de formulación de cargos en el Tribunal Tercero de lo Penal de Esmeraldas. En el caso Neira, esta audiencia se produjo el 22 de abril del 2009, aunque el caso sigue en etapa de indagación previa. Hasta ahora no existen detenidos. Según los familiares, hay evidencias para dar con los responsables de este crimen. “A nuestra María, el autor intelectual la mandó a matar con sicarios. De la manera más cruel acabaron con su vida. Había sido atada, golpeada y torturada”, dice el familiar. Similares asesinatos se han cometido desde el 2005 en Esmeraldas. Las víctimas que no son torturadas, reciben disparos. Los autores -dice la Policía- generalmente usan motociclistas.
Para el jefe del Comando 14 de Esmeraldas, Fausto Tamayo, hay varios factores de por medio como ajustes de cuenta, deudas e incluso por infidelidades. Uno de los mayores repuntes de las cifras de homicidios violentos se dio durante el primer trimestre del año 2010. En enero, ocho personas fueron asesinadas en cinco días, en los cantones esmeraldeños de La Concordia, Quinindé, Atacames y Esmeraldas (ciudad). Únicamente en lo que va del 2010, los uniformados registran 12 homicidios y 103 asesinatos. Las sentencias son mínimas. En el Tribunal Segundo de Garantías Penales se han concretado tres y corresponden a personas acusadas de asesinatos. Mientras que en el Tribunal Primero solo hay una sentencia y tres están pendientes. Un alto porcentaje de los casos no llega a los tribunales, aseguró una de las secretarias. Se quedan o se resuelven en los Juzgados.
El fiscal de Esmeraldas, Lenin Arroyo, reconoce al sicariato como un problema social grave, radicado en el país. “Es un tema muy complejo, particularmente en Esmeraldas, por ser una provincia fronteriza con un fuerte flujo migratorio”, señala. En marzo del 2010, cinco crímenes se cometieron en La Concordia (sur de Esmeraldas). Cuatro de los cadáveres tenían entre dos y cuatro huellas de bala en la piel. Estaban tendidos en el piso del billar Popeye El Marino, en el sector Barrio Bélgica. Un quinto cadáver se ubicó en el sector Barrio Lindo. Su nombre era José Oriol Vélez Bazurto, de 49 años. El cuerpo tenía tres huellas de bala; una a la altura de la frente, otra en el pómulo derecho y una tercera en la parte posterior de la cabeza. Las indagaciones preliminares apuntaron a un posible caso de sicariato. Con este hecho, aumentaron los pedidos de la gente para que mejore la vigilancia policial.
Los uniformados detectaron que la ciudad de Esmeraldas tiene tres zonas de riesgo. La avenida Pedro Vicente Maldonado, conocida como la calle Malecón, es una suerte de límite entre la ribera del río y el centro de la urbe. Allí hay cientos de comercios protegidos con rejas. Es un sitio considerado de riesgo. Otras cuatro zonas de riesgos también están ubicadas en el centro. Los agentes dicen que aumentaron las seguridades en esos lugares. (El Comercio)

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