Detenidos solo irán dentro de patrullas

El traslado de detenidos en la parte posterior de las camionetas o motocicletas policiales está prohibido, desde ayer, para los agentes que procedan al arresto de presuntos involucrados en hechos delictivos. La medida se da como consecuencia de que este procedimiento ha sido considerado un irrespeto a los derechos humanos de los detenidos. Así lo consideró el oficial Fausto Salinas, miembro de la Policía Nacional, quien presentó ayer el nuevo manual que regula la aplicación de las directivas sobre detención y uso de la fuerza en la institución policial.
Dijo que a base de la política institucional de respeto a los derechos humanos se creó este manual, que pretende mejorar el manejo de los procedimientos policiales. El documento establece, por ejemplo, que antes del proceso de detención de una persona en delito flagrante o por medio de boleta de detención, el agente debe reportar el hecho a su superior y a la central de radio de atención ciudadana (101). “Este punto es importante para posteriores investigaciones policiales”, detalló Salinas, tras explicar que en el momento de la detención si se requiere el uso de la fuerza, debe ser de manera adecuada y progresiva. “Una vez que haya sido inmovilizada la persona, no es necesario aplicar la violencia”.
Prohibir que se traslade a los detenidos en motocicletas es otro punto que se destaca como un avance en los procedimientos, ya que se elimina dentro de la misma doctrina policial. También se regula el uso de las patrullas en el momento de movilizar a los sospechosos. Es así que se estableció que en el asiento posterior se traslade máximo dos detenidos. Sin embargo, habrá excepciones cuando la vida de los detenidos o policías estén en riesgo, explicó. El lugar de detención siempre será con la respectiva aprobación de la autoridad competente. “Durante todo el proceso se garantizará el respeto y la dignidad del detenido. Usar la fuerza, no es violencia”, indicó Salinas. En ese aspecto coincidió el ministro del Interior, Gustavo Jalkh, al indicar que el policía tiene derecho a usar la fuerza cuando, por ejemplo, alguien se resiste a ser detenido.