jueves, 22 de abril de 2010

Cerro se desliza en La Mina de la parroquia Tonchigüe




En el recinto La Mina, parroquia Tonchigüe del cantón Atacames, sus habitantes casi ya no pueden conciliar el sueño. Parte del cerro donde se encuentra este poblado se está deslizando desde hace dos meses atrás. Elisa Correa, una de las habitantes del sector recuerda que todo fue paz y tranquilidad hasta el mes de febrero pasado, cuando uno de los habitantes del poblado se percató que en la parte baja de una quebrada, a unos 200 metros de donde se encuentra el pueblo, había abundante tierra en lugar donde antes no lo había. Desde ese día, los habitantes de La Mina empezaron a sentir curiosidad, la misma que luego se convirtió en temor, pues, pocos días después una fisura de casi 300 metros de largo cortó parte del cerro en dos y el deslizamiento de tierra se hizo más evidente.
La vivienda propiedad de Digno Pinargote quedó al bordo de la quebrada. A punto de caer y con toda su estructura crujiendo, este agricultor de 45 años, se vio obligado a desbaratar su vivienda antes de que esta se desplome. Ahora, la grieta que amenaza al poblado es mucho más extensa, más profunda y pronunciada y las viviendas amenazadas aumentan. Nilo Bone, Luis Triviño, José Anchundia, María Gonzalez, entre otros, dicen que ya no pueden habitar en ese lugar si no se toman acciones por parte de alguna entidad.
El deslizamiento del cerro también afectó a la principal vía de acceso a este poblado, que también comunica a otras comunidades que están a punto de quedar incomunicadas. En medio de la carretera, de tercer orden, se han formado grietas que llegan a tener hasta metro y medio de profundidad por medio metro de ancho lo que hace imposible el tráfico de carros. “Por suerte aún podemos usar las motos, pero el trayecto es peligroso, cuando llueve, que eso ocurre casi todas las semana, nos quedamos incomunicados no podemos salir”, dijo Digno Pinargote.
María González, quien habita en esta comunidad desde hace 3 años, ya no quiere seguir ahí. “El lunes hubo fuertes vientos, mi casa parecía que se iba a arrancar por la fuerza del ventarrón; el deslizamiento del terreno es cada vez más pronunciado y nadie nos ayuda”, dijo.
Los habitantes de esta comunidad, piden la presencia de técnicos para que realicen estudios de suelo, “eso es lo que pedimos para saber dónde podemos levantar nuestras casitas y si es que debemos evacuar la zona que nos indiquen oportunamente” refirió, Digno Pinargote, propietario de la vivienda desbaratada en el mes de febrero pasado. Mientras, que los delizamientos de tierra en el barrio San Jorge, al sur de la ciudad de Esmeraldas, continúan causando malestar entre los habitantes de sector. Quines aún habitan en el sector, dicen que constantemente sienten movimientos de tierra, una especie de temblor y que el deslizamiento es lento y progresivo. La mayorías de las 120 casas de este sector tienen grietas en las paredes y otras están inhabitables.

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